Las pruebas genéticas para el cáncer de páncreas desempeñan un papel importante en la evaluación del riesgo de desarrollar la enfermedad e identifican mutaciones genéticas heredadas que aumentan el riesgo de desarrollarlo. Estas pruebas suelen implicar el análisis de genes específicos, como BRCA1, BRCA2, ATM, PALB2, CDKN2A, entre otros.